Es facilitar a los empleados beneficios que no necesariamente sean económicos, sino que les haga sentirse cómodos dentro de la Organización y con la necesidad de sentirse útiles para el cumplimiento de objetivos y metas dentro de la Institución, proporcionando un valor agregado y así contar con empleados más satisfechos y comprometidos para la mejora de la calidad.

Todo lo anterior, da como resultado la mínima rotación del personal, una reducción de gastos en selección y formación de trabajadores, así como la disminución del absentismo laboral, mediando la resistencia al cambio y desarrollando un alto grado de tolerancia a la frustración al momento de trabajar bajo presión.

Uno de los ejemplos más comunes, es el reconocimiento personal: las palabras de elogio por parte de los superiores hacia los empleados crean una motivación extraordinaria en los trabajadores. Otro modelo de salario emocional, que es digno de análisis, es la flexibilidad horaria; es importante considerar que el colaborador no alargará innecesariamente una pausa para un café o un cigarrillo ni perderá tiempo
navegando por páginas de ocio o usando sus redes sociales. La flexibilidad horaria se convierte así en ejemplo de “Salario Emocional”.
Asimismo, disponer de espacios de descanso e incluso zonas de ocio, contar con luz natural, colores atractivos en las paredes, presencia de plantas o cuadros en los despachos y sitios comunes, contribuyen a mejorar el ánimo del trabajador y se verá reflejado en su rendimiento laboral.

Para el “Salario Emocional”, la motivación de los trabajadores y las buenas relaciones entre ellos y con sus superiores son en definitiva fundamentales para un óptimo Clima laboral.

Es importante mencionar que cada trabajador es individual y tiene sus propias expectativas. Por este motivo no son las mismas las aspiraciones que pueda tener un empleado joven que uno sénior, ni un padre o madre de familia que un trabajador sin hijos, ni hombres, ni mujeres, ni un ejecutivo experimentado que personal operativo.  Por esta causa, se debe valorar a cada individuo de forma distinta y se adapta a cada necesidad.